Emoción y drama: ascensos y descensos

Óscar Navarro/Diario Palentino

Estamos en mayo, el mes decisivo para una inmensa parte de los profesionales y aficionados del baloncesto español. Y no porque se decida el campeón ACB; ni siquiera el campeón de una NBA cada vez más poblada de españoles. Eso tendrá lugar en junio.

El pasado fin de semana el Menorca confirmó su descenso a LEB, y Zaragoza y Murcia se jugarán su permanencia en la más alta categoría mediante una dramática última jornada de fase regular. Unos sonreirán, otros llorarán.

 Pero para consuelo de menorquines, maños y murcianos, no sólo de ACB vive nuestro baloncesto –ni mucho menos-. En la LEB Oro, hasta tres equipos lucharán hasta la extenuación para lograr el ascenso directo en estas dos jornadas que restan de competición: Valladolid, Alicante y Melilla. Los dos primeros candidatos son ya viejos conocidos en la ACB, mientras que los norteafricanos supondrán una verdadera sorpresa para los aficionados no iniciados en otras categorías, pero lo cierto es que ya desde el pasado verano se situaron entre los candidatos al ascenso tras confeccionar una plantilla muy experta y equilibrada.

 Dos de esos tres equipos se verán obligados a luchar por ese ansiado ascenso en los playoffs, en los cuales contarán con el factor cancha a favor, al igual que otro histórico, el Breogán de Lugo, y un cuarto club todavía por confirmar.

 Tras el trámite de la primera ronda llegará la emocionante Final Four, que se disputará a final de mes en Madrid. El campeón reirá, y el resto pulularán un año más por la categoría del sueño, la LEB Oro, acompañados por un nuevo inquilino, pues el Palencia ya ha logrado el billete  directo para la segunda estación del baloncesto español tras una temporada muy regular en la que han liderado la clasificación en casi todo momento.

 Relativizar los hechos puede ser clave a la hora de afrontar los partidos. El trabajo de toda la temporada está en juego, pero conviene ser conscientes de que no todos podrán lograr sus objetivos, y no por ello todos los que han luchado por ellos han fracasado. Los que sean capaces de ver por encima del éxito y del fracaso, de la gloria y del caos, serán los que se lleven el gato al agua. Y es que si bien la suerte influye, los nervios lo hacen en mayor medida todavía.

A los aficionados, que disfruten. A los protagonistas, que estén tranquilos.